Diseño que No Solo Se Ve, Sino que Siente: 5 Claves desde Mi Experiencia

Lo que realmente importa en mi proceso de diseño

5 ideas personales desde mi trabajo como diseñador y estratega de comunicación visual

5 aprendizajes personales para una creación efectiva

El diseño no es un fin en sí mismo. Es una herramienta, un proceso, una cadena de decisiones con significado. En mi trabajo como diseñador y estratega, veo el diseño como una respuesta precisa a lo que una marca es, necesita y quiere lograr.

En este artículo quiero compartir cinco convicciones fundamentales que moldean mi proceso de diseño — no como un método acabado, sino como una actitud mental que aplico en cada proyecto.

Creatividad: una máquina de engranajes que enciende la bombilla de la idea.
Creatividad: una máquina de engranajes que enciende la bombilla de la idea.

1. Entender antes de diseñar – las preguntas correctas al inicio

Antes de desarrollar cualquier cosa visual, comienzo con una fase de análisis estructurado que va mucho más allá de recolectar información básica. Hago preguntas. Muchas preguntas. Y las hago de forma sistemática. Porque sin un entendimiento profundo, toda decisión de diseño será superficial.

Las preguntas clave como fundamento:

  • ¿Quién es la empresa o la marca?
  • ¿Qué hacen concretamente — cómo son sus productos o servicios?
  • ¿Cómo funciona su proceso — tecnológico, humano, comunicativo?
  • ¿Por qué existe esta empresa? ¿Cuál es su historia?
  • ¿Para quién hacen lo que hacen — y cómo definen a su público objetivo?
  • ¿Desde cuándo están activos y cómo ha evolucionado su lenguaje visual?
  • ¿Qué los diferencia de los demás? ¿Existe un USP o núcleo de marca claro?

Y muy importante: El análisis de la competencia

Lo que muchos subestiman es la importancia de los competidores en el proceso de diseño. Para mí no es algo accesorio, sino un elemento central.

  • ¿Quién lo hace especialmente bien en este segmento de mercado?
  • ¿Qué hacen diferente?
  • ¿Quién lo hace regular o mal — y por qué?

No solo los “mejores” entregan valiosas ideas. También las debilidades de otros muestran dónde puedes diferenciarte o qué debes evitar. La competencia es un espejo — no para copiar, sino para marcar una diferencia consciente.

Al mismo tiempo, surge una pregunta clave para el diseño: ¿“Cómo debe diferenciarse visualmente la empresa, producto u oferta de forma clara?”

Aclaración de objetivos en el contexto comunicacional:

  • ¿La marca busca más visibilidad, confianza, activación o conversión?
  • ¿En qué medios o canales se comunica?
  • ¿En qué etapa del funnel estamos?
  • ¿Hay contenidos sensibles que no se deben comunicar?

Todo esto influye en la tonalidad, el nivel de detalle y el peso visual.

Y entonces — llega el público objetivo

El público objetivo para mí no está al inicio, sino que es el resultado de un análisis preciso del mercado, la posición y la identidad empresarial. Solo cuando entiendo quién es la empresa, qué quiere lograr y cómo, puedo evaluar realmente para quién diseño.

El público objetivo no es un concepto abstracto — determina de forma decisiva si un diseño se percibe como relevante o como algo genérico.

Me pregunto concretamente:

  • ¿Qué lenguaje visual les atrae?
  • ¿Qué medios consumen — digital, analógico, en movimiento?
  • ¿Qué valores son importantes para ellos?
  • ¿Queremos sorprenderlos, tranquilizarlos, activarlos o confirmarlos?

Estas respuestas guían cada decisión de diseño. Por eso para mí: no diseño para todos, sino siempre con un enfoque preciso — con impacto y postura.

La emoción que se debe usar se define según el mensaje que se quiere transmitir, la intención y el objetivo que se persigue.
La emoción que se debe usar se define según el mensaje que se quiere transmitir, la intención y el objetivo que se persigue.

2. Las emociones siguen a la estrategia — no al revés

Se dice a menudo que el diseño debe ser emocional. Es cierto — pero solo si encaja con la tarea. No todos los diseños deben conmover o perturbar. A veces se requiere objetividad, a veces confianza, a veces eficiencia.

Nunca trabajo con emociones “a la suerte”. Sino que pregunto:

  • ¿Cuál es el objetivo concreto del diseño?
  • ¿Qué reacción queremos provocar en el público?
  • ¿Qué tipo de emoción mueve al público?

El diseño puede tranquilizar, sorprender, encantar, motivar, impactar o crear distancia conscientemente. Pero para usarlo con intención, debo planear el impacto emocional.

Ejemplos:

  • Seguridad: colores sobrios, estructuras claras, tipografía con serifas
  • Curiosidad: contrastes, imágenes inesperadas, titulares poco usuales
  • Energía: layouts dinámicos, colores vivos, estilo verbal activo

Colores, imágenes, tipografía, lenguaje formal — todo responde a este objetivo estratégico. Por eso es peligroso lanzarse rápido a lo visual. Conocer la emoción adecuada no significa que puedas diseñar inmediatamente. Solo cuando objetivo, contenido e impacto están claros, el diseño comunica con fuerza.

Los sistemas de grillas son uno de los elementos que dan jerarquía en un diseño.
Los sistemas de grillas son uno de los elementos que dan jerarquía en un diseño.

3. La estructura libera — da dirección al diseño

La estructura suele verse en el proceso creativo como limitante. Yo la veo como una herramienta para la claridad. Porque estructura no significa que todo sea igual — sino que todo sigue una lógica interna.

Empiezo cada proyecto preguntando: ¿Existe ya un Corporate Design — y si sí, qué tan rígido o flexible es?

Algunos CDs están bien documentados, otros son vagos. Algunos clientes ni saben bien qué quieren decir con “corporativo” y solo piden “que quede bonito”. Por eso: cuanto más clara la base, mejor puedo argumentar y diseñar.

Independientemente, siempre trabajo con grids — por varias razones:

  • Me dan una base sólida para construir layouts
  • Ayudan a ordenar y estructurar la lectura
  • Reducen problemas técnicos en adaptaciones o exportaciones

Un grid también me obliga a entender el medio: ¿Impresión? ¿Web? ¿App? ¿Qué dimensiones? ¿Qué resolución? ¿En qué contexto se leerá?

Además, defino temprano una jerarquía visual: ¿Cuál es el mensaje principal, cuáles los secundarios? ¿Qué tamaños de fuente, colores y espacios necesito para comunicarlo?

Un diseño sin estructura puede ser encantador, pero un diseño con estructura se ve profesional — y soporta cambios, adaptaciones y nuevos canales.

El humano, el motor de toda idea creativa. Pensar abre las puertas a la creatividad. ¡Cuestiónate todo!
El humano, el motor de toda idea creativa. Pensar abre las puertas a la creatividad. ¡Cuestiónate todo!

4. Las ideas nacen del pensamiento — no solo de la inspiración

Muchos asocian creatividad con inspiración espontánea. Pero en realidad, la creatividad suele ser resultado de análisis, estructura y la pregunta correcta.

Por eso me pregunto en cada proyecto: “¿Cuál es el problema real que hay que resolver?” Y no siempre es lo que dice el briefing.

Uso diferentes métodos para desarrollar ideas — según la tarea:

Brainstorming

El clásico — pero guiado conscientemente. Sin juicios en la primera fase, luego selección según objetivos.

Reverse Brainstorming

En vez de “¿Cómo resolvemos el problema?” pregunto: “¿Cómo empeoraríamos el problema?” Esto genera insights sorprendentes y mejores soluciones.

Sketching / Bocetos

Dibujo rápido o escribo ideas. No importa la belleza, sino hacer visibles los procesos de pensamiento.

Campos de palabras / cadenas de asociación

Escribo términos, los conecto, busco opuestos. Una buena forma de captar espacios emocionales o lingüísticos.

Al final de esta fase suelo tener una lista de ideas, que evalúo con una matriz clara:

  • ¿Encaja con el público?
  • ¿Cumple el objetivo?
  • ¿Es visual y conceptualmente viable?

Si sí — la idea está lista para el siguiente nivel.

Tómate una pausa, ¿quieres un café?
Deja que la cabeza se enfríe, una pausa, un cafecito o un té — y luego vuelves con una nueva perspectiva y un pensamiento renovado.

5. Pausa. Perspectiva. Precisión.

Uno de los pasos más importantes, y a menudo subestimados, en el proceso de diseño es tomar distancia. Dejo mis primeros bocetos a un lado, los reviso después — quizá al día siguiente — con una mirada fresca. Y eso cambia todo.

Los imprimo, los cuelgo, los miro con calma. No en pantalla. No bajo presión.

Entonces comienza el verdadero análisis:

  • ¿Funciona el layout en su conjunto?
  • ¿Dónde hay rupturas, dónde faltan transiciones?
  • ¿Qué elementos son fuertes y cuáles distraen?
  • ¿Apoya cada detalle el mensaje central?

Si hace falta, reduzco, sustituyo o descarto un boceto completo. Pero no por inseguridad, sino porque sé lo que hago — y por qué.

Al final suelo tener dos o tres variantes para presentar con confianza — no como opciones, sino como decisiones conscientes y justificadas.

El diseño debe ser estratégico, solo así tenemos valor como diseñadores gráficos.
El diseño debe ser estratégico, solo así tenemos valor como diseñadores gráficos.

Conclusión: El diseño no es un estilo — es una actitud

Para mí, el diseño no es una simple capa estética, sino pensamiento visual en acción. Se trata de claridad. De impacto. Y de responsabilidad.

Un buen diseño no solo se ve bien — funciona. Porque está pensado, diseñado conscientemente y basado en un proceso que no deja nada al azar.

Estas cinco ideas son mi brújula personal. Me ayudan a mantener el foco, incluso bajo presión o en proyectos complejos.

Al final se trata no solo de diseñar algo, sino de hacer visible algo relevante.

¿Cómo abordas tú los proyectos de diseño? ¿Tienes principios similares o muy diferentes? ¡Me encantará conocer tu opinión, preguntas o comentarios!

📚 **Serie sobre diseño estratégico**

→ Blog: Competencias clave y ventaja competitiva  

→ Blog: Planificar antes de diseñar

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